19 dic 2015

El defensor invisible

El jueves tuve la ya mítica comida de navidad, sé que a algunos os horrorizan y a otros os encantan. A mí como lo mismo me da ir que no ir rara es la vez que he faltado a una. En los tres años que estuve viviendo en San Sebastián mi jefe tenía la idea de hacer lo del amigo invisible durante la conocida comida navideña. Una semana antes nos juntaba a todos, metía papeles con los nombres de todos en una especie de pecera e íbamos sacando un nombre, al que le tocaba su propio nombre volvía a doblar el papel y dejarlo en la pecera y cogía otro.

En esos tres años acerté con mis tres compañeros porque fui a lo básico: al señor de mediana edad, canoso y con pinta de empotrador que estaba en la oficina de al lado le regalé una caja de puros porque sé que le gustaba fumar, de hecho muchas veces cuando pasaba por el pasillo y miraba hacia su puerta lo veía fumando al lado de la ventana abierta, al fánatico de los deportes que tenía en la mesa de enfrente le regalé la biografía de un futbolista del año de la polka. Cuando abrió el paquete y vio lo que era me preguntó si era para leer. "Es tuyo, lo puedes leer o puedes calzar el sofá con él, eso ya como veas" le contesté. El último año le regalé un broche a una mujer un tanto polioperada para tener sólo 40 años. Supongo que le hubiera hecho más ilusión una sesión de botox pero no me iba a gastar tanto en el amigo invisible y aparte estoy un poco en contra de esas cosas. Parece que acerté en los tres casos por lo que me iban diciendo durante las semanas siguientes, de hecho el de los puros me hacía un gesto cada vez que lo veía fumándose uno y la del broche se toqueteaba la solapa con orgullo cada vez que nos cruzábamos y llevaba el broche.

Por contra, conmigo sólo acertaron el último año y encima la cosa tiene truco. Vale que soy muy rarote pero a poco que uno se fije un poco es más fácil acertar. El primer año me regaló una chica, la única del trabajo que era más joven que yo, unos guantes muy bonitos pero que me quedaban pequeños; el segundo año su madre me regaló una botella de ron de edición limitada (meeeeeeeeeccccc, el ron me suele dar ardores, cuando salgo bebo sólo bebidas blancas que aunque suelen ser más bien fuertes me sientan mejor y no me dan ardores ni resaca ni nada). El último año le tocó regalarme al de los puros y el pobre hombre como no sabía nada de mis gustos me regaló una tarjeta regalo de un centro comercial. Lo mejor es la forma de darme su regalo, cuando iba a la oficina me interceptó por el pasillo y me dijo que me había dejado el regalo debajo del teclado del ordenador porque le daba vergüenza que los demás vieran lo que me había comprado. Cuando salía a desayunar se volvió a disculpar pero le dije que no pasaba nada, que al menos había sido generoso con la cantidad.

Hasta aquí el flashback, lo que vengo a contar es que a mi jefe de ahora se le había ocurrido una idea muy original que básicamente consistía en que cada uno sacásemos un nombre de una caja de pipetas vacía y el día de la comida tendríamos que decir tres cosas positivas de esa persona. En mi caso me tocó decir algo de una compañera que se llama Marina con la que nunca he hablado y de la que sólo sé su nombre y que vive con un hermano suyo porque una vez la escuché comentarlo. Fijaos si no sabía ni que decir que cuando me llegó mi turno me quedé unos cuantos segundos callado mientras pensaba algo y al final dije que Marina era muy ordenada, muy centrada y que era agradable de ver. Le tocó hablar de mí a otra compañera que también se llama Marina y que para ir a la comida se había puesto un escote que no se lo pone ni Jennifer López. Mientras la mitad de los comensales sólo prestaba atención al escote de Marina II (hay una Marina III también en el trabajo, que curiosamente es la única de las tres con la que tengo cierta comunicación pero que en este post es irrelevante) dijo de mí que soy muy alto (me llamó la atención que dijo el "muy alto" con una entonación como si midiera 3 metros en lugar de 1'90), que tengo los ojos muy bonitos y que tengo muy buen gusto musical. A esto la miré extrañado y mientras su escote y ella se me acercaban me dijo que me había visto en el concierto de Zola Jesus.

El vestido de Marina II es casi igual y en negro.
Con lo buena que fue la comida del año pasado, en el mismo restaurante que este año, y esta vez la comida fue un poco puta mierda. Me pedí una especie de solomillo gratinado que llevaba queso como para bloquear la capa de ozono entera. Y mira que me gusta el queso pero también me empalaga mucho por lo que dediqué un buen rato a ir raspando el queso sobrante antes de ponerme a comer. Un compañero que tenía sentado al lado me preguntó si no me gustaba y le dije que sí pero que había un poco de solomillo en mi queso. Soltó una ostentosa carcajada mientras empezaba a comer (los demás ya se habían comido medio plato, Marina II y su escote inclusive) y como me había quedado con hambre después de mis prospecciones para apartar la sobredosis de queso me pedí un risotto y para que la cosa no degenerase mucho porque decían de ir a tomar algo me fui después de los postres diciendo una mentira piadosa (es verdad que me iba porque había quedado pero había quedado dos horas y media después).

Todavía tengo pendiente mi post con lo mejor del año en cine pero ya lo publicaré la semana que viene.



You’re going to witness all the days
You never stood to fight for your name
And I will be there, unspoken

Curious
You never were the one for us
You never were the one for us
And then I just lay here open

On the floor
On the ground
On the stairs
On the way
On the floor
Or the ground
On the stairs
On the way

And it’s dangerous to go and listen to what they say
And it’s dangerous to go and listen to what they say
It’s a dark dark day
It’s a dark dark day

In the way
The way you hold yourself straight
You never were innocent
And then I just lay here frozen

Curious
You never were the one for us
You never were the one for us
And then I just lay here open

On the floor
On the ground
On the stairs
On the way
On the floor
On the stairs

And it’s dangerous to go and listen to what they say
And it’s dangerous to go and listen to what they say

On the ground
I’m on the way
It’s a dark dark day
It’s a dark dark day
When it comes are you gonna throw

And it’s dangerous to go and listen to what they say
And it’s dangerous to go and listen to what they say

It’s dangerous
It’s dangerous to know
Your bite into the game
Know what’s right for your name
Lose your battle it’s all the same
It’s dangerous
It’s dangerous
It’s a dark dark day
It’s a dark dark day

13 comentarios:

  1. Híjole es del "Cris" (así le llaman en México), Secret Santa o Amigo Invisible siempre ha sido una decepción para mí. Nunca han atinado a algo que quiera o me guste.
    Yo, como nunca tengo ideas, siempre regalo chocolates.

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    1. Mmmmmmmm, no sé yo, ahora con tanto vegano y tanta obsesión por llegar a la talla 36 o tener unos abdominales que parezcan cincelados seguro que lo de regalar bombones acaba siendo más bien un fracaso que otra cosa.

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  2. La última idea de tu jefe de decir tres cosas de la persona cuyo nombre te ha tocado me parece bastante terrible como experimento psicológico, jajaja, no sé lo que podría ocurrir si se repitiese en mi plantilla de trabajo...pero vaya, después de todo lo leído te diré que es que a ti yo te veo con tanta habilidad para moverte en situaciones tanto favorables como adversas que la verdad te admiro un montón, hombre, yo no bandeo así de bien las cosas ni por asomo.
    Añadir -estoy tratando de ser escueto- que me ha encantado la canción de Zola Jesus, primera noticia que tengo de esta cantante y me ha gustado un montón esto poco que he oído de ella.
    ¡Abrazos y buen domingo!

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    1. Sí, visto el panorama parece que me tocan como jefes versiones frustradas de Freud, les falta hablar de símbolos fálicos y de incesto cada dos por tres.

      Y no te creas que soy tan hábil, es cierto que tengo salidas para (casi) todo pero si fuera tan hábil también sería diplomático.

      Abrazotes.

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  3. Hala qué altoooooo.
    Esas comidas sue-ellen ser un suplicio, nosotros las hemos erradicado ya, afortunadamente. Y peor aún es "la copa de después". Quita, quita.

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    1. Sí, soy un poco gigantón. Y si me haces entrar o salir de ciertos modelos de coche tienes también un número cómico.

      A mí me da igual ir a ese tipo de comidas pero nunca me quedo para "la copa de después". A eso sí que no me da igual ir.

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  4. Comidas/cena de Navidad: NO. ¡Basta ya!

    La ocurrencia de tu jefe de decir tres cosas buenas tiene su aquél. Aunque eso, imagino, es porque, en general, hay buen ambiente (o eso cree). Eso o le gusta el cine gore y quería que os dieseis bien de puñaladas.

    Ahhh, curiosa la canción.

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    1. Mi jefe o tiene un sentido del humor muy peculiar o no se entera de nada, yo me inclino más por lo segundo porque el ambiente sin llegar a ser malo tampoco es que sea bueno.

      Y sí, en momentos puntuales hubo puñaladas disimuladas de estas de "que no se entere nadie pero a ver si te desangras rápido".

      Abrazotes.

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  5. este año ha sido muy difícil en mi trabajo, al punto que el intercambio de regalos se anulo por completo. Tenemos una gerente bien antipatica.
    Yo siempre me esmero con los regalos y debo decir que nunca he recibido un regalo que me guste.

    Me fui a buscar como se ve un solomillo gratinado ejejejeje ya me dio hambre!

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    1. Ya, yo pensaba que estaría bueno pero no si el cocinero acaba con todas las existencias de García Vaquero jajajajaja.

      Vamos, que tienes una gerente un poco malfollada... En ese caso habéis hecho bien anulando.

      Abrazotes.

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  6. Uffff la cena de navidad del trabajo, yo la odio, por suerte éste año tenía justo en ese día otra cena con unos amigos que ya tenía planeada desde antes así que ésta vez no tuve que inventarme ninguna excusa para no ir

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    1. Cuanto hater jajajajaja. Bueno, también cuenta como sea el entorno de trabajo supongo, además te lo pasarías mejor de cena con los amigos así bien hecho.

      Abrazotes.

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  7. Por suerte en esta empresa no se hacen cenas ni comidas de Navidad. De la anterior tengo experiencias lamentables: el gerente, borrachísimo, se quedó dormido en un taburete de un bar y el muy cap... no se cayo ni nada. Luego el socio nos llevó al hotel (porque la cena de las narices se hizo a 600 km. de la oficina) saltándose todos los semáforos en rojo y derrapando por todas las calles. Luego acabaron él y dos compañeros atascados en la arena de la playa y empujando el coche de par de mañana.

    Sólo una vez me ha tocado hacer un regalo de amigo invisible cuando trabajaba en Texas. Me tocó un compañero autóctono al que apreciaba. Le gustaba bastante la música y me descubrió gente como Lacuna Coil, Doro Pesch o Trans Siberian Orchestra. Le compré un disco de Apocalyptica. Cual fue mi sorpresa que él se había olvidado de comprar el suyo, así que cogió mi regalo y se lo dio a su amigo invisible sin saber lo qué le había dado. Qué pena me dio :-(

    Un saludo.

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